El coronavirus perdió la guerra sicológica contra los jóvenes

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Jóvenes, redes sociales y coronavirus
Jóvenes, redes sociales y coronavirus

Las redes sociales prepararon especialmente a la juventud para el confinamiento del coronavirus o Covid-19. Los encierros voluntarios de años de las nuevas generaciones en sus habitaciones desde la aparición de los actuales canales de comunicación les han proporcionado un nivel entrenamiento muy alto para el confinamiento. El coronavirus perdió la guerra sicológica contra los jóvenes.

El patógeno nos pilló desprevenidos, pero no tanto como él pensaba. Tal vez se imaginó este virus que quien no muriese por contagio lo haría por un ataque de locura. Pero calculó mal. Llegó algo tarde. A la gente joven, fundamentalmente, la encontró muy preparada para el confinamiento.

Confinamientos de Semana Santa en B&N

Si hubiese hecho su aparición en aquellas épocas de Semana Santa con televisión en blanco y negro, Carta de Ajuste como foto fija y, cuando no, retransmisiones de procesiones y cantos gregorianos, tal vez hubiese sido otra cosas. Muchos seguramente se habrían subido por las paredes.

Sin embargo, llegó en un momento en el que las nuevas generaciones vienen acostumbradas a confinarse fines de semana enteros entre las cuatro paredes de una habitación, siempre que cuenten con un dispositivo electrónico con conexión a internet y una red wifi, a ser posible.

Gente mayor dando la nota

Por eso, en la actualidad del coronavirus suelen salir a relucir excentricidades e irresponsabilidades cometidas por la gente mayor, fundamentalmente, cuando debería ser la que mostrase más sensatez. Aparecen noticias, por ejemplo, de un octogenario paseando en bicicleta lejos de su casa en pleno confinamiento u otro ciclista yendo a comprar el pan al pueblo de al lado.

Y como no, un repertorio de excusas peregrinas dadas por algunos ciudadanos para salir de casa a tomar el aire. Se habla del servicio de alquiler de perros para poder estirar un poco las piernas en la calle, bajo el argumento de sacar a pasear la mascota, una de las pocas actividades permitidas. La gente mayor es la que más da la nota en estos tiempos.

Nos espían y analizan

Estamos ante una situación inédita. Los profesionales de distintos ámbitos nos tienen donde querían. Todos encerrados y controlados. Tratarán de extraerán muchas conclusiones sobre el comportamiento de la sociedad en estas circunstancias, tanto a nivel individual como colectivo.

Se analizan las relaciones de parejas: rupturas y divorcios. Estas noticias también son propias de las épocas vacacionales, especialmente la de verano, por ser la más prolongada. Son informaciones que parecen decir que las parejas “verse, sí; pero con moderación”. Y permanecerán atentos a los índices de natalidad a final del año.

Se controlan nuestros movimientos por la ubicación de los móviles y analizan nuestros comportamientos y consumos durante esta temporada, ya sean alimenticios, de ocio o de humor. Reflexionan sobre el comportamiento de niños y niñas tantos días encerrados en casa. Y cuando esto acabe, correrán como posesos a vendernos cualquier cosa, siempre buscando nuestra satisfacción y felicidad.

Responsabilidad, compromiso y madurez

Servirán estos días de inspiración también para guionistas de cine y televisión. Y darán la oportunidad a algunos aficionados a los vídeos caseros de perfeccionar su técnica y tal vez de encauzar por ese lado su carrera profesional.

Aunque si no estuviesen las redes sociales para decirnos lo contrario, pensaríamos que la juventud ha desaparecido. No se habla de los jóvenes, de que hayan protagonizado cualquier triquiñuela con la finalidad de salir a la calle. Se hallan en su hábitat natural delimitado por cuatro paredes. Definitivamente, el coronavirus ha perdido la guerra sicológica contra los jóvenes. Al mismo tiempo, estos vienen dando buena muestras de responsabilidad, compromiso y madurez.

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