El 8 de octubre de 2022 celebramos el BTT Ciudad de Guastatoya, disputada en dos sesiones: matinal y vespertina. En la sesión de tarde, durante unas horas las bicicletas recorrieron las calles de la pequeña urbe de Guatemala con motivo de la competición principal del programa. Algo poco habitual, diríamos incluso que excepcional.
Presencia de Brandan Márquez
La prueba contó con la presencia de Brandan Márquez en la línea de salida, que había llegado desde España la noche anterior para acompañar a los ciclistas locales en esta cita y para “abrir” a golpe de pedal unas rutas de bicicleta de montaña excepcionales, que ya hemos ido describiendo. en la Sierra de las Minas, entre Guastatoya y Esquipulas y en Río Negro – Embalse de Chixoy.
Brandan participaba fuera de concurso y se limitó a escoltar en todo momento a los ciclistas de cabeza sobre un circuito de 7,5 kilómetros de longitud al que había que dar varias vueltas.
El primer giro se hizo rápido, pero en las siguientes vueltas los participantes acusaron la dureza del terreno, que incluía dos subidas bastante significativas para participantes, por lo general, cortos de entrenamiento y bicicletas en muchos casos bien pesadas.
Objetivos de la prueba
Todo habría sido muy fácil de haber llevado la prueba a los montes próximos. Pero en objetivo era acercar del ciclismo a la ciudad. A ser posible que pisase las calles, con la finalidad de fomentar la práctica del ciclismo como deporte saludable.
Se pretendía utilizar escenarios en los que los ciclistas, jóvenes y adultos, pudiesen rodar cualquier día de la semana, mismo a la salida de la escuela o del trabajo. Dejando para el fin de semana otras rutas como la que lleva de Guastatoya – Puerta de Golpe, de la que ya hemos hablado.
Para las categorías menores la competición se celebró por la mañana en un circuito confeccionado sobre una loma próxima a la calle Santa Lucía, que también albergaría la meta de la prueba principal.
Los mayores compitieron sobre un circuito de 7500 metros, que enlazaba los dos puentes de hamaca de la ciudad, el del barrio Las Joyas y el de Los Chorritos. No fue fálcil habilitar los dos recorridos para la competición, como se describe más adelante.
Las competiciones se desarrollaron con éxito
Las competiciones discurrieron de un modo muy satisfactorio gracias al apoyo encontrado en la Municipalidad de Guastatoya, entidades colaboradoras y al magnífico comportamiento y entusiasmo de los participantes, de categorías masculina y femenina. Fue gratificante ver su esfuero por superarse, a pesar de que las bicicletas en algunos casos eran bastante pesadas.
La dureza del circuito largo se hizo notar en los participantes después de la primera vuelta, pero todos tenían por objetivo dar el máximo de vueltas posibles en algo menos de dos horas de competición.
Muchos y buenos colaboradores
En este punto tenemos que acordarnos especialmente de la Municipalidad de Guastatoya y su alcalde Jorge Antonio Orellana Pinto, Policía Municipal, B.Sport – Bicicletas Rali, Oriente Bikes, Bantrab, Aserradero Los Pinos y un buen número de voluntarios, com mención especial a Heissell Grajeda, Víctor Hugo Martínez, Diego Orellana y, muy en particular, al Lic. Gerson Morales, acompañado por Robin Colindres y Josué Neemias Archila.
CLASIFICACIONES CIRCUITO LARGO
SÉNIOR MASCULINA
- José Sánchez
- Jorge Anibal Juárez
- Jefry Mazarigos
*Brandán Máquez participó fuera de concurso
JÚNIOR-SÉNIOR FEMENINA
- Adriadne Vargas
- Naylet Torres
- Kimberly Reyes
JÚNIOR MASCULINA
- Bernick Brad Vargas
- Erick Vela
- Dilan Orellana
CLASIFICACIONES CIRCUITO CORTO
JÚNIOR-SÉNIOR FEMENINA
- María José Méndez
- Maureen Ruano
- Alicia Carrera
CADETE MASCULINA
- Alessando Flores
- Ángel Gabríel Quiroa
- Jaime Cruz
INFANTIL MASCULINA
- Bernick Brad Vargas
- José Daniel Méndez
- Henry Carías
BENJAMÍN FEMENINA
- Diana López
PREBENJAMÍN FEMENINA
- Briana Estrada
PROMESAS MASCULINO
- Ian Estrada
PROMESAS FEMENINO
- Lauren Aldana
Reto, experiencia interesante y algo de estrés
La organización de la prueba fue un reto y una experiencia muy interesante. En los días previos, por momentos, también resultó un poco estresante. Llegamos con una semana de antelación a Guatemala y había que supervisar los circuitos que habíamos trazado por internet, que es poco menos que decir a ojo de buen cubero.
De la teoría a la práctica
Todo estaba peor de lo previsto. La crecida del río por las intensas lluvias se había llevado la senda que discurría paralela al río, al salir del puente de hamaca del barrio Las Joyas. El agua caída también había cavado unas profundas grietas en la subida más dura. Y la combinación de la lluvia, el calor y el sol había hecho crecer la vegetación hasta el punto de cerrar una senda poco transitada en la cima del monte a lo largo de un kilómetro.
Si Diego Orellana, que había pasado con su moto por el lugar un mes y medio antes, no me hubiese dicho que había camino “salvo en un tramo de 100 metros”, hubiese desistido. Pero como sabía que había camino, decidí adentrarme entre la maleza en mi segundo día en Guatemala. En zonas estaba complicado, pero cuando atravesé todo el bosque de hierbas y arbustos respiré, porque había un potencial camino por allá.
Las dificultades del circuito largo
Era tan poco transitado que cuando pregunté a unos jornaleros que trabajaban en una finca próxima, solo uno me supo hablar de él. Y sin embargo, es una senda preciosa, que une los dos puentes de hamaca del río Guastatoya por el monte. Ofrece mucha vegetación, mucha fauna (reptiles y pájaros) y también mariposas y mosquitos y mucha tranquilidad. Nos gustaría que no dejasen que se volviese a cerrar.
El problema del tramo de la senda que se llevó el río lo solventamos pasando por la finca Hichos, tras los permisos pertinentes de los dueños de la propiedad.
Diseñar el circuito corto no fue menos complejo
Nos quedaba el circuito corto. Era muy diferente a lo que había previsto, porque, en la realidad, los senderos que en vista satelital parecía que podían comunicarse con la pista principal no lo hacían. Habían quedado cerrados también por la vegetación.
Sin embargo, la parte superior de una loma de forma cónica estaba aplanada. Lisa como un campo de fútbol, aunque totalmente cubierto de matorrales. Fue todo un hallazgo. Para los participantes más jóvenes teníamos el problema medio solucionado, pero para infantiles y cadetes era necesario un circuito más largo.
Compleja situación
Había que comunicar la parte superior con la base de aquella especie de tronco de cono sin que la pendiente fuese excesiva tanto para bajar como para subir, porque la meta debería situarse en la parte alta.
No era el único obstáculo. Había que pedir permiso a su dueño del terreno, propiedad del Sr. Bucher, que accedió enseguida -gesto que le agradecemos-, y ver la manera de encontrar la forma de subir una maquinaria sencilla –pero necesaria- para desbrozar la meseta superior y para el día de la prueba subir la infraestructura necesaria.
Desniveles, titularidad y acceso
Dimos infinidad de vueltas a aquel montículo para buscar la mejor manera de comunicar la pista que rodeaba su base con la parte alta. Diseñamos infinidad de laberintos para minimizar la pendiente. Para las bicicletas, más o menos, había una solución, pero para subir la infraestructura de la prueba y la maquinaria para cortar el matorral no se veía por ninguna parte.
Una cosa estaba clara, algún día hasta aquella meseta superior tenían que haber subido unas máquinas para aplanarla. Su nivel perfectamente uniforme no era consecuencia de la caída de un meteorito. Allí habían tenido que entrar excavadoras.
La prueba se aproximaba y las soluciones no llegaban
El día de la competición se acercaba y no teníamos la solución. El tema nos preocupaba sobremanera. Dimos decenas de vuelas arriba y debajo de la loma hasta que en un punto del anillo circular de la planicie superior, vimos oculto por la maleza lo que parecía la insinuación de una posible entrada.
No lo dudamos. Aquel tenía que ser el camino. Estábamos en lo cierto. Un acceso sin dificultad apto para bicicletas y vehículos. Fue como si hubiésemos descubierto un tesoro. Sentí un gran alivio.
Importante apoyo de la Municipalidad de Guastatoya
La Municipalidad de Guastatoya nuevamente se encargó de la limpieza de la explanada y a partir de ese momento empezamos hacer mediciones: mediciones con cuerda, con pasos a derecha e izquierda hasta que quedó trazado el circuito, que debía cumplir dos condiciones: no tener unas pendientes muy fuertes y no ser peligroso. Creemos que lo cumplía.
El día anterior, dejamos marcado el lugar donde debería ir las estacas y el mismo día de la prueba tocó madrugar mucho para marcar el circuito. Si lo dejábamos preparado el día anterior no teníamos ninguna garantía de encontrarlo en pie por la mañana.
Circuito de campeonato
Fue así como pudimos preparar un magnífico escenario, propio de un “campeonato del mundo” prácticamente en la ciudad. Las competiciones de mañana y tarde se desarrollaron sin ningún incidente, otro aspecto fundamental.
Mucho nos gustaría que los niños entrenasen con sus bicicletas en ese circuito de la calle Santa Lucía (con permiso del Sr. Bucher) y que los mayores, en bicicleta o andando, hiciesen tal uso del circuito largo que no volviese a cerrarse con la maleza.