La Bolsa Amarilla es una iniciativa de Social Ciclismo Fan Manager (SCFM) a la que te invitamos a sumarte, porque hemos comprobado que vayamos por donde vayamos, no importa lo lejos ni lo recóndito del lugar, siempre encontraremos plásticos en forma de bolsas o botellas, latas y otros envases esparcidos por el suelo. Cuesta entender ese afán por dejar «huella» allá por donde pasamos, una huella de suciedad y descuido.
La bolsa amarilla en la mochila y unos guantes
En nuestra mochila de las salidas de los domingos por el monte y otras áreas de esparcimiento no urbanas, incluimos siempre un rollo de bolsas plásticas de color amarillo y unos guantes de lates. Pesan muy poco, son económicos y se compra en cualquier supermercado.
En cada salida, desprendemos una bolsa amarilla del rollo y según vamos viendo envases y plásticos por el suelo, los vamos recogiendo. Por lo general, son zonas de poco tránsito y, aun así, sorprende la cantidad de basura que podemos encontrarnos.
Mucho bulto, aunque poco peso
Al ser desperdicios plásticos, aunque abultan mucho, pesan poco. Colgamos la bosa de un asa de la mochila y la vamos llenando hasta alcanzar el tope de su capacidad. Podríamos llenar muchas, pero hay más días y también es posible que otras personas se sumen a la iniciativa y nos ayuden.
Si no quieres ir con la bolsa amarilla todo el tiempo colgando de la mochila, empiezas a recoger cuando vengas de regreso. Seguro que la llenas también fácilmente. Es increíble la basura que vamos dejando, incluso en lugares por los que aparentemente parece que no pasa nadie.
Ejercicio y contribución la medioambiente
¿Es un poco molesto andar inclinándose e irguiéndose? Considerémoslo parte del ejercicio y de nuestra contribución a la lucha contra la degradación del medioambiente. Muchas veces nos quejamos de lo poco que se hace, de lo poco que hacen las autoridades, las administraciones… en esta materia, sin pensar en que nosotros siempre podemos aportar también algo.
¿Por qué la bolsa amarilla?
La llamativa bolsa amarilla colgando de nuestra mochila será una invitación a otros transeúntes para que se sumen a esta campaña. Entre muchos, tocará agacharnos menos veces; y servirá, especialmente, para recordar a esas personas que -con tanta despreocupación, en ocasiones, y tanto incivismo, en otras- van arrojando por doquier los envoltorios de sus consumiciones.
Los ciclistas
Los ciclistas, obviamente, no van a estar bajando y subiendo a la bicicleta cada vez que vean un plástico en el suelo; pero, aun existiendo una alta conciencia general de respeto al medioambiente, no es menos cierto que en esos puntos que destinan al avituallamiento, como puede ser el entorno de una fuente, se observan demasiados residuos tirados.
No son suyos en exclusiva, porque en esos lugares también se suelen detener los senderistas que van a pie; pero en parte sí, porque tampoco todos los ciclistas están igualmente concienciados.
Súmate al bando de la bolsa amarilla
La bolsa amarilla es una invitación a los que dejan su “mala huella” por donde pasan a sumarse al bando de los que recogen. Cuando todos formemos parte de ese bando, ya no habrá necesidad de bandos y no muy lejos de casa podremos disfrutar de espacios con apariencia totalmente virgen.
Antes de entrar en casa, depositamos la bolsa amarilla en el contenedor y con el paseo habremos hecho algo por nuestra propia salud y, al mismo tiempos, por la de nuestra comunidad y por la del planeta. Pequeñas acciones para grandes cambios.
 para contibuir a la mejora de nuestro entorno natural.){kind=link}