Pediatras, psicólogos y educadores coinciden en lo beneficiosas que pueden ser las mascotas en la infancia del niño o la niña. Los profesionales hablan de beneficios tanto en el plano emocional y afectivo (responsabilidad, amor a los animales, respeto) como en el físico o de la salud, porque incluso reduce el riesgo de padecer alergias.
Otra cosa distinta es que el niño/niña sea alérgico/a. En ese caso, habrá que elegir convenientemente el animal de compañía. Los perros y los gatos son las mascotas por excelencia, aunque hay muchas otras: pájaros, hámsters, cobayas, tortugas, peces…
Beneficios que aporta la mascota al niño o a la niña
- Ayuda a asumir responsabilidades con el cuidado del animal.
- Forma en el amor a los animales y al medio ambiente.
- Físico: tener un perro, por ejemplo, mueve al ejercicio, a una vida menos sedentaria.
- Favorece su sociabilidad y empatía.
- El niño/niña aprende a respetar los períodos en los que no se debe perturbar la intimidad de su mascota: momentos de la comida, del sueño.
- Se hacen compañía y comparten juegos (dependiendo de la especie).
- Desarrolla la comunicación no verbal del niño/niña en el «diálogo» con su mascota.
- Reduce el riesgo de alergias a epitelios animales: convivir con animales desde el nacimiento es la mejor prevención frente a esa alergia.
Previsiones antes de adquirir la mascota
- Advertir en el niño/niña un interés verdadero por tener una mascota y que no sea el capricho de un momento.
- La edad del niño/a: cuanto más pequeño/a, más selectivo se ha de ser.
- El espacio disponible: elegir una mascota que encaje en las condiciones del hogar.
- La predisposición del resto de miembros de la familia a aceptarla en casa.
- Posibles cuadros alérgicos en el niño/a agravados por la presencia del animal (sería malo emocionalmente que tuviese que desprenderse de su nuevo amigo por cuestiones de salud).
- Considerar los cuidados que necesita cada mascota según la especie, como sacarla a pasear en el caso de un perro.
- Ser conscientes de que el niño no va a poder atender todas las necesidades de la mascota. Otros miembros de la familia también tendrán que asumir su parte de la responsabilidad, sin que eso suponga liberar al pequeño de la suya, mayor o menor según la edad.
- Encajar adecuadamente la mascota en los programas de vacaciones de la familia.
- Responsabilidad de aceptar la mascota en todo el período de vida del animal.
- Temperamento del niño para, en función de ello, elegir una mascota más activa o más tranquila.
- Aceptar que el nuevo miembro de la familia puede generar algunas alteraciones en la casa: ensuciar, romper, dejar pelos en sus escenarios habituales.
Mejores mascotas para niños/niñas de corta edad
En el caso de niños/as de corta edad:
- No muy pequeñas, porque no sabrán sujetarlas bien y las pueden lastimar.
- De carácter tranquilo, porque el niño puede agarrarlas mal, lastimándolas, y estas responder con una acción de autodefensa.
- Aquellas que no necesiten demasiadas atenciones, si queremos que el niño/niña asuma ciertas responsabilidades en ese sentido.
Relaciones afectivas
- A veces el niño/a se puede llegar a celar de la mascota.
- También puede ocurrir lo contrario, que la mascota sienta celos si a la llegada del bebé al hogar percibe que reciben menos atenciones que antes, aunque, por lo general, se muestran protectoras.
- Obviamente, las prioridades de atención comienzan por el niño/niña: el primer saludo, la primera caricia… y después a la mascota.
- El animal tiende a devolver el afecto a quien se lo muestra y a mostrarse más huraño con quien no lo trata adecuadamente.
Los riesgos para el niño/a de tener mascotas
- Mordeduras o arañazos:
- Es necesario amaestrar bien al animal en función de la especie o raza.
- Se ha de elegir una raza con un temperamento adecuado para convivir con niños/as.
- Educar al niño/a para que respete y no moleste a su mascota cuando esta se encuentra comiendo o durmiendo.
- Contacto con los excrementos del animal.
- Se debe vigilar este aspecto para evitar posibles infecciones.
Cuidados que requiere la mascota
- Debe estar convenientemente vacunada.
- Óptimas condiciones de higiene.
- Las familias que tienen niños alérgicos o atópicos deben evitar los animales de pelo (perros, gatos, caballos) y pluma (pájaros).
- La responsabilidad final del cuidado del animal es de los padres y no del niño.
- No debe estar expuesta a peligros, por ejemplo, tener acceso a productos tóxicos, cableados eléctricos, etc.