La bicicleta es un vehículo muy usado por niños y mayores. Muchos regalos en estas fiestas Navideñas serán bicicletas y, aprovechando que además tenemos próxima la celebración de una nueva edición de A GRAN BIKEDADA, evento en el que se reúnen en torno al millar de participantes, conviene hablar de control y riesgo.Una recomendación a tener siempre en cuenta es la de no adelantar al susto o no rodar por delante de susto.
El riesgo no tiene medida absoluta
El riesgo no ofrece una medida absoluta. Un niño de corta edad o una persona mayor corriendo se exponen a un riesgo de caída que resulta prácticamente inexistente para un adulto en las mismas circunstancias y en buen estado de forma. A 80 kilómetros por hora en la autopista vamos “parados”, mientras que en una carretera de un desfiladero a esa misma velocidad estamos asumiendo un riesgo importante.
A falta de medida universal para el riesgo, hay cuatro estados que nos lo permiten calibrarlo en cada uno de nosotros, en la bicicleta y también en otras ocasiones.
Cuatro situaciones o estados
- SITUACIÓN DE CONTROL. Es aquella en la que manejamos la bicicleta siendo conscientes de lo que hacemos y en unas condiciones que nos permiten visualizar lo que nos viene de cara, con capacidad para rectificar en un momento determinado ante un imprevisto.
- FALTA DE CONCENTRACIÓN. Sin ir necesariamente rápido, avanzamos absortos en otros asuntos, llegando a perder conciencia del escenario en el que nos encontramos. Puede ser cauda de accidente.
- SITUACIÓN FRONTERA. Llevamos una velocidad tal que estamos a punto de salir de la zona de control. Lo sabemos porque de cuando en cuando nos llevamos unos pequeños sustos que encienden el piloto del riesgo. En nuestra mano está echar un poco la mano al freno o seguir para delante haciendo caso omiso a las señales de alarma.
- POR DELANTE DEL SUSTO. Esta es una situación en la que por la razón que sea hemos traspasado la frontera de la zona de control. Es la más peligrosa, porque es este caso rodamos más rápido que el susto, por delante de él, y este no tendrán la oportunidad de advertirnos del riesgo. En esta situación, el accidente -por lo general, importante- llegará sin previo aviso. Se suele decir que vamos “ciegos”.
A rueda del susto
En definitiva, cuando se trata de la bicicleta, aunque también en otras situaciones, la recomendación, en cuanto a seguridad, es no ir por delante o no adelantar al susto. Como mucho, rodemos a su rueda para correr menos riesgos.