Aldea El Naranjo es una pequeña población ‘perdida’ en la montaña, en el municipio de Guastatoya (departamento de El Progreso – Guatemala). Se extiende sobre la cima alargada y abovedada de la montaña y dista unos 24 kilómetros -y algo memos de una hora de tiempo en automóvil- de la cabecera departamental, Guastatoya. La carretera siempre marca una trayectoria ascendente y serpenteante, porque hay que subir a una altitud de 1400 metros, desde los 630 metros de la ciudad.
Un lugar para el descanso
Esa altura y su situación en plena montaña, en medio de una verde vegetación, hacen que la temperatura sea más fresca en que Guastatoya. Por eso, El Naranjo es un lugar ideal para el descanso y el disfrute del contacto directo con una naturaleza, en muchos aspectos todavía virgen.
La Aldea El Naranjo cuenta con una extensión territorial de aproximadamente 30 kilómetros cuadrados y colinda con Aldea La Campana, Aldea Las Peñas y Aldea La Laguneta. Siguiendo montaña arriba y entrando ya en el departamento de Jalapa, a poco más de 5 kilómetros, se encuentra la aldea de Anshigua, elevada por encima de los 1800 metros de altitud.
Para llegar a la Aldea el Naranjo desde Guastatoya el camino más directo es por Aldea Santa Rita, pasando a continuación por la Aldea San Rafael, Aldea Anshagua, y Aldea El Infiernillo.
Comunicaciones y población
Los habitantes para su movilización cuentan con transporte público que conecta varias de las aldeas cercanas con la cabecera departamental, asimismo vehículo propio como automóviles, motocicletas y bicicletas.
La Aldea El Naranjo tiene una población aproximada de 1900 personas, que en su mayoría se dedican a la agricultura, ya sea como fuente de ingresos a través de la venta -por lo general, en mercados locales y municipales- o para consumo propio. Los cultivos que más se dan en la aldea son: maíz, frijol, café, hortalizas y frutas.
Su clima tiende a ser suave a lo largo del año, gracias a la variedad de bosques que rodean a la comunidad y eso, como se decía antes, hace de El Naranjo un lugar ideal para el descanso y el turismo activo en contacto con la naturaleza.
Turismo en La Aldea El Naranjo
Don Mario Morales López, ambientalista de corazón, durante muchos años se propuso mostrar lo hermosa que es la naturaleza en este lugar y fue uno de los pioneros la reforestación y protector de los recursos no renovables (ríos, montañas, nacimientos) de Aldea el Naranjo. Decidió fomentar el turismo en la aldea y para ello puso en práctica distintas iniciativas, como:
- Reforestación.
- Estadía en cabaña.
- Ecoturismo (turismo que se realiza en zonas rurales o en parajes naturales).
- Caminatas al río, cafetales y cascadas.
- Parque Geo natural.
Cabe recordar que es también el promotor del cultivo ecológico del Café Montaña de Guastatoya, al que ya hemos hecho mención en otro artículo.
Ecoturismo en El Naranjo
El ecoturismo en El Naranjo tiene como finalidad motivar a las personas a pasar un tiempo en el medioambiente: cuidándolo, respetándolo y disfrutando de él. En concreto, el visitante podrá descubrir y gozar de lugares vírgenes, hermosos paisajes desde lo alto de las montañas, el dulce canto de las aves o el viento refrescante de los bosques.
El señor Mario Morales pretende aumentar el turismo por medio de la estadía en la cabaña, que fue construida con árboles caídos brindando un acercamiento más a la naturaleza sin haber dañado ni un solo árbol.
Caminatas por la montaña de Guastatoya
Se promueven, también, caminatas por medio de un guía hasta el río El Naranjo, que en algunas partes de su recorrido forma hermosas cascadas. También se pueden seguir senderos por la cima de las montañas, desde los que se contemplan maravillosas vistas de los montes de Guastatoya y Jalapa.
Sus cumbres en el límite de los departamentos de El Progreso y Jalapa alcanzan los 2049 metros de altitud. Además, en los meses de enero, mayo y diciembre el recorrido por los cafetales permite disfrutar al visitante de la floración de las plantaciones de café.
Parque geonatural y el misterio de Las Piedronas
Toda aldea tiene sus antiguos misterios. No podría ser menos en el caso de la Aldea El Naranjo. Para ello hay que visitar el parque geonatural o geoparque, conocido como el Parque Geo natural las Piedronas.
Nos comenta el señor Mario Morales que cuando compró los terrenos ya se encontraban en el lugar muchas rocas gigantes, unas encima de otras rocas. A partir de este curioso y atractivo de la naturaleza comenzó a diseñar el Parque GeoNatural o Geoparque.
¿Qué misterio se esconde tras esas inmensas rocas?
Todo turista que visita este hermoso bosque de las piedronas -nos relata, don Mario- puede observar en ellas magma volcánico petrificado. Su naturaleza es la de las rocas lanzadas por los volcanes.
¿Acaso un volcán lanzó las rocas a una inmensa distancia?
Podría ser que hace miles de año -nos sigue explicando- se encontrase algún volcán activo en esta zona. De ahí el misterio del parque. Podría ser que estuviésemos caminando sobre un volcán dormido.
En este encantador paseo por la naturaleza es posible apreciar también como los esfuerzos de la reforestación están dando un magnífico y muy reconfortante resultado.
Las Piedronas lugar también de devoción
Los fieles devotos de la iglesia católica del lugar consideran un milagro la aparición de diferentes siluetas o figuras que se identifican con la imagen de la Virgen. Estas aparecen plasmadas o grabadas de un modo natural, sin haber sido diseñadas por la mano del hombre.
Acá en el bosque Geo Natural Las Piedronas, se formó hace mucho tiempo una silueta en una roca que aparenta ser la imagen de la virgen María. Esto ha hecho que sean muchos los fieles acudan al lugar también a rezar.
Nos dicen que, lamentablemente, hace años creyentes de otras religiones invadían el lugar con el fin de deteriorar esa imagen. Por eso hoy se ve ya bastante dañada. No obstante, aún se puede apreciar la silueta plasmada en la roca.
Cerro Anshigua
Además de la diversidad de bosques, en El Naranjo se encuentra el punto más alto del municipio de Guastatoya, siendo este el Cerro Anshigua, con una altura de 1963 metros sobre el nivel del mar y un clima frío la mayor parte del año (el término frío se utiliza siempre desde la perspectiva de un país tropical).
Rony López Linares nos acerca a El Naranjo de hoy
Más allá de la singularidad de la naturaleza de cada lugar, cada comunidad de personas tiene una realidad propia de cada día, con afanes, desvelos y a veces ciertas desazones. De esta realidad nos habla don Rony López Linares, presidente del COCODE de Aldea El Naranjo. Amablemente se brinda a relatarnos para InfantiaN los progresos y carencias de la aldea en la actualidad.
Escuelas, salón comunal y centros de computación y médico
La Aldea El Naranjo cuenta con 2 escuelas, en las cuales se imparte educación preprimaria (Escuela Oficial De Párvulos El Naranjo) y educación primaria y básicos (Escuela Oficial Rural Mixta El Naranjo), siendo estas escuelas públicas. También se cuenta con un centro de computación donde los niños y adolescentes pueden realizar investigaciones y trabajos.
Hay, además. varias iglesias en las que se profesan distintas creencias; así como un salón comunal donde se realizan diversas actividades de carácter socio-cultural. En cuanto a salud, la localidad cuenta con un centro médico donde se brinda atención básica.
Falta de empleo y carencia en saneamiento
“El principal problema de la aldea es la falta de empleo”, nos dice don Rony. Y a continuación nos habla de carencias en materia de saneamiento público: “Faltan drenajes, ya que la mayoría de las casas cuentan con fosas sépticas, y el servicio de recolección de basura solo pasa por la calle principal”, añade.
Agua, comunicaciones viarias y mercado propio
Y sigue enumerando mejoras pendientes de realizar en la comunidad. «Otro asunto importante por solucionar es el del agua, que escasea y eso hace que en las viviendas no sea posible disponer de ella todo el día”. Las vías de comunicación también son las considera deficientes: “Las carreteras que conectan a las aldeas no están pavimentadas, lo ocasiona daños en los vehículos particulares y públicos”, sigue comentando el presidente del COCODE de Aldea El Naranjo.
Otra aspiración importante es poder contar con “un mercado propio de la comunidad, que en la actualidad no tenemos. De ese modo, por lo menos una vez al mes, se debe viajar hacia la cabecera departamental para adquirir productos de uso personal”.
Educación y efectos de la Covid-19
El sector que más se está viendo afectado por la pandemia de la Covid-19 es el de la educación: “Niños y jóvenes no pueden asistir a los centros educativos y ha pasado un tiempo sin recibir educación. Como medida provisional, se optó por brindar libros a cada uno de ellos para que puedan educarse desde casa y así no abandonar sus estudios y proteger, al mismo tiempo, su salud”, declara el señor López Linares.
Cesión de libros y enseñanza virtual
Estas medidas educativas se han implementado con “educación virtual, aunque lastimosamente no todos los alumnos cuentan con equipo o servicio necesario para seguir sus estudios por este medio”, añade.
Aunque, en general, la aldea “afortunadamente no se ha visto muy por el coronavirus, ya que la mayoría de la las familias vive de la agricultura local, y no se ven muy necesitados de viajar seguido a otros lugares. Asimismo, estamos procurando que las personas de la tercera edad y niños no se expongan a la pandemia”, indica finalmente el señor López Linares.
Landelino López repasa la historia de Aldea El Naranjo
Para conocer un poco de la historia de la Aldea El Naranjo, recurrimos a don Landelino López Ramos de 70 años de edad, peón municipal y miembro del comité que representa a la comunidad. Orgulloso de haber nacido en la Aldea el Naranjo, nos relata lo siguiente:
“Cuentan los más legendarios del lugar que la primera casa de la Aldea El Naranjo la levantó Bonifacio Aguilar en el año 1874. Él vino de la Aldea de las Cabezas y construyó su vivienda en el Barrio las Joyas. Tres décadas después, en el año 1915, llegó Nolberto Marroquín. Este construyó la segunda casa y Leopoldo Grajeda levantaría la tercera. Ellos, con sus respectivas familias, fueron los primeros nativos”, nos informa don Landelino.
1929. Lluvias y crecimiento demográfico
“En el año 1929, llegaron 28 familias procedentes de la aldea El Guineal. El 15 de septiembre de ese año hubo un derrumbe en su zona, que los obligo a alojarse en El Naranjo. Poco a poco siguieron viniendo más familias para establecerse en la aldea, pues trabajando en el campo, cultivando maíz y frijoles, se iba saliendo adelante”, sigue comentando el señor López Ramos.
“Las costumbres y tradiciones de El Naranjo siempre han estado muy vinculadas a la religión católica y han permanecido con nosotros con el pasar de los años”, añade.
La campana de la iglesia
Nos comenta también sobre las mejoras que se hicieron en el pasar de los años: “En 1970, el mayordomo Teódulo López Mateo solicitó la primera campana de la iglesia católica, cuando era presidente el general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes”, recuerda.
Apunta también que “en 1965 se hizo el primer proyecto de agua galvanizada (conducción a través de tuberías galvanizadas), cancelada –sufragada- por la comunidad”.
Primera escuela en 1978
“Más tarde, en1972, se hizo la primera brecha -senda transitable- de El Naranjo a Anshigua, cuando estuvo en el comité Santiago Pérez. Seis años después, se construyó el puesto de salud. Era el año de 1978 y con él se edificó también la escuela de Cáritas Primaria, donada por Cáritas Guatemala”, sigue con su repaso a la historia de su querida localidad.
Las vías de comunicación eran escasa y malas, por lo que fue celebrada “la apertura de la carretera de Anshigua a El Naranjo en 1984. En ese año también se abrió la primera brecha desde la Aldea EL Naranjo a Santa Rita. En su construcción intervinieron 3 entidades: la Municipalidad, el Concejo de Desarrollo y el Plan Internacional”, sigue enumerándonos pequeños hitos, pero importantes en la historia de la aldea, por lo que suponían de salida del aislamiento y comunicación con el exterior.
1996. Mejora de la carretera de El Naranjo a Santa Rita
En este plan de mejoras viarias, nos indica don Landelino que “en el año 1996 se amplió la carretera que transita de Aldea El Naranjo a Santa Rita, así como el puente y los muros de contención del recorrido”, que permiten que hoy esos 24 kilómetros ente El Naranjo y Guastatoya puedan realizarse en menos de una hora. Algo aceptable teniendo en cuenta que se trata de una carretera de montaña.
Escuela de párvulos
Más tarde, llegaron “el adoquinado de 200 metros en la calle principal, el proyecto del agua entubada domiciliar, el campo de futbol, el salón comunal, la iglesia católica, la escuela párvulos (4 aulas para la escuela de educación primaria): 2 costeadas por la Municipalidad y otras dos 2 del Consejo de Desarrollo”. apostilla, en su afán de ser agradecido con los benefactores.
“Se realizó la circulación (el cierre perimetral) de la escuela y puestos de salud. También se culminó el montaje de una galera de metálica en el año 1999 y se adquirieron 176 estufas de gas para la época de más frío. Con ello, los vecinos ganaron en comodidad y también ganó el medioambiente, porque se evitaba la tala de muchos árboles. Se abrió también una carretera de comunicación con la aldea La Campana y se construyó además la circulación de la escuela de la aldea El Infernillo”, sigue enumerando pequeñas mejoras que hace un poco más cómoda la vida de los vecinos.
Otras mejoras
Poco a poco, con el pasar de los años, se fueron haciendo otras remodelaciones en la comunidad como:
- Ampliación de las calles.
- Renovación del techo de la escuela.
- Pavimentación en algunas zonas de la comunidad.
- Circulación o vallado del cementerio
- Mantenimiento de la carretera de terracería desde Santa Rita hacia el Naranjo
Reforestación en Aldea El Naranjo
Don Landelino comenta que, hace 14 años, la aldea recibió medio millón de quetzales (unos 50 mil dólares) con el fin de reforestar los bosques de El Naranjo, ya que antes había tala inmoderada. Hoy se ve ya el resultado de ese trabajo, aunque, lamenta, que «una parte de la reforestación de pino no logró su desarrollo, tal vez porque no se plantó en el momento del año más adecuado”, dice con pesar.
Alojamiento
Las personas interesadas en disfrutar de la naturaleza en el privilegiado entorno natural de la Aldea El Naranjo y montes de Guastatoya, tienen la posibilidad de alojarse en la cabaña habilitada para tal fin. Tiene capacidad para tres o cuatro usuarios. Los precios actuales son: Q 100.00 para adultos y Q 50.00 para menores de 12 años. Incluye visita guiada al río y también al Parque Geonatural.
Para realizar reservas pueden dirigirse al número: 54104802. Atiende don Mario Morales.
Es un lugar increíble, hermoso y único de lo cual todos quedan encantados por la amabilidad de su gente y el orgullo de todo un pueblo de trabajo.
Cierto, Jorge. Un lugar ideal para el descanso y para disfrutar de la naturaleza. Gracias
Hola buenas noches algún número de teléfono para realizar una reservación. Gracias por su atención