El pie es una estructura altamente especializada para las funciones a las que está destinado y, además, compleja. Lo forman por 26 huesos que se mantienen en su sitio fijados por fuertes ligamentos gobernados por potentes músculos… Por otra parte, los pies de los niños no son versiones reducidas de los pies del adulto.
Aspectos a tener en cuenta
Para preservarlo y favorecer su evolución, especialmente en la primera etapa de la vida, hay una serie de aspectos que no debemos pasar por alto a la hora de adquirir el calzado para niño o niña. El pie en la infancia está en un proceso de formación y, por lo tanto, es sensible a cualquier error cometido al seleccionar el calzado o el ajuste.
Características del calzado para niños y niñas
Cuanto más sea el uso que se le dé al calzado –pensemos, por ejemplo, en el escolar-, más atención tenemos que prestar a estos aspectos comentados. Como norma general, el cazado del niño o niña debe responder a las siguientes características:
- La talla debe ser adecuada (el zapato debe proteger el pie sin comprimirlo).
- Flexibilidad en la zona de dedos. Debe ser suficientemente ancho por delante para permitir a los dedos abrirse y moverse con libertad. La protección de puntera solo se aconseja en los preandantes, por el gateo.
- El zapato no debe estar confeccionado con material sintético, sino de otros naturales que faciliten la transpiración (lea la etiqueta del fabricante, la información allí contenida le será muy útil).
- La horma debe ser recta para que no tiende a desplazar al pie hacia dentro o hacia fuera.
- No debe llevar tacón para no alterar de forma antinatural la longitud musculatura posterior, ni el centro de gravedad ni la postura.
- La suela debe ser antideslizante, no demasiado fina y tampoco demasiado rígida ni demasiado flexible.
- Deben terne algún sistema de sujeción, como cordones o velcro, para evitar en lo posible los movimientos del pie longitudinalmente de atrás a delante y viceversa.
- No se recomiendan chanclas, zuecos o bailarinas, porque fuerzan a los dedos a realizar en trabajo adicional de agarre.
- Revise el acabado interior: costuras y refuerzos mal acabados o mal colocados.
- Se adecuará a la época del año (frío, calor…).
Cuándo debo cambiar los zapato de mi hijo
- El pie ha deformado claramente los zapatos.
- En la piel del niño aparecen zonas de irritación, ampollas, etc.
- La parte más ancha del pie se comprime con la parte superior del calzado.
- En el interior del zapato, la zona de los dedos está claramente más desgastada.