El avance de la miopía infantil mundial se ha disparado en los últimos años. En España, según informes recientes, esta anomalía ocular crece de forma preocupante en la población infantil menor de 8 años. Pero no es un caso excepcional.
Hay informes que hablan de que en Europa la miopía se ha duplicado entre sus habitantes en los últimos 50 años y para el 2050 afectará a la mitad de la población infantil. Los datos son todavía más preocupantes cuando se refieren a otras latitudes. En países como China los índices de miopía infantil están por encima del 60%.

Miopía, definición
Por miopía se entiende una anomalía o defecto del ojo por el cual las imágenes enfocan antes de llegar a la retina, produciendo una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos, como consecuencia de que las imágenes de estos objetos se forman un poco antes de llegar a la retina.
Desencadenantes de la miopía
Se consideran factores desencadenantes o que provocan un aumento de la miopía:
- El hereditario.
- El exponer en exceso la vista a trabajos de cerca.
- El abuso de dispositivos electrónicos como móviles/celulares u otras pantallas.
- Dedicar poco tiempo a realizar actividades al aire libre.
- Crecimiento precoz: los niños que desarrollan más rápidamente tienen más probabilidades de padecer de miopía.

Miopía infantil: aparición y progreso
La miopía suele aparecer a la edad de 6-8 años y su mayor progresión coincide con el desarrollo del niño, frenándose o disminuyendo considerablemente su avance a la edad de 18 años.
Un niño con una miopía leve a los 10/11 años tiene una probabilidad del 11% de desarrollar una miopía magna a los 20 y de ahí derivar incluso con el tiempo hacia discapacidades visuales más graves.
Cuando la miopía aparece de manera precoz -es decir, en la infancia-, el niño o niña tiene más probabilidades de padecer un estado más severo a edad adulta que si aquella retrasa su aparición a la adolescencia. De ahí la importancia de tomar medidas preventivas en las tempranas edades, siempre que sea posible.
El móvil/celular, factor de riesgo
Se puede hacer mucho por evitar su temprana aparición o su desarrollo si se toman una serie de precauciones desde un primer momento. Una de ellas es no exponer innecesariamente la vista a las pantallas electrónicas, especialmente móviles. A estos dispositivos se atribuye un gran medida el considerable aumento de la miopía en la infancia.
Se considera también que es importante realizar actividades al aire libre para que se amplíe el campo de visión y, por otro lado, para que el ojo disponga de unas condiciones de luz adecuadas. Está comprobado que la miopía aparece con más frecuencia hacia el otoño-invierno (época de menos luz) que hacia el verano y en las zonas urbanas que en las rurales.
Lentillas para frenar la miopía
Ante este problema de orden mundial, las empresas se han puesto a buscar soluciones, totales o parciales. Una de ellas es la aparición en el mercado de unas lentes de contacto de uso diario y desechables al final de día, con las que se pretende frenar el avance de la miopía.
Bueno es saber, por tanto, que para algunos niños empiezan a parecer soluciones, porque un avance por encima de -6.00 dioptrías se considera miopía magna o patológica, la cual puede derivar en problemas asociados más graves.
La cruz de la noticia
Sin cuestionar los efectos beneficiosos de estas lentillas, resulta evidente que, como siempre ocurre, no estarán al alcance de todos por motivos económicos. Hay familias y, en consecuencia, niños que nunca podrán acceder a ellas, por falta de recursos para adquirirlas; pero esta es otra cuestión en este momento.