Los bebés tienen el llanto como principal –y único en su primera fase de vida- medio de comunicación. Si conseguimos distinguir de un modo preciso entre los distintos tonos de llanto del bebé que el recién nacido puede emitir en cada momento, lograremos saber qué es lo que realmente nos está queriendo transmitir con ese llanto.
Eso es lo que vienen a decirnos Lichuan Liu, Wei Li, Xianwen Wu y Benjamin X. Zhou (los tres primeros del Department of Electrical Engineering, Northern Illinois University) y el cuarto del Department of Biology, The College of New Jersey).
Y para ello –en estos tiempos no podía ser de otro modo-, han recurrido a un algoritmo que exponen en su trabajo “Análisis y reconocimiento del lenguaje de llanto infantil: un enfoque experimental”, aparecido en la publicación científico-tecnológica IEEE and CAA.
Este grupo de investigadores/as dice que “hasta ahora, solo se han estudiado las señales normales del llanto del bebé, como el hambre, un pañal mojado y la atención, y los algoritmos solo funcionan para bebés específicos observados en un entorno de laboratorio controlado”.

Y añade: “Las señales de llanto normales y anormales en escenarios prácticos son de extrema importancia. Un llanto anormal a menudo se relaciona con problemas médicos, como: infección, sistema nervioso central anormal, neumonía, sepsis, laringitis, dolor, hipotiroidismo…”.
Propuesta de los investigadores
“Nosotros proponemos un nuevo algoritmo de reconocimiento de lenguaje de llanto que puede distinguir los significados de las señales de llanto normales y anormales en un entorno ruidoso. Además, el algoritmo propuesto es individualmente independiente. Por lo tanto, puede ser ampliamente utilizado en escenarios prácticos para reconocer y clasificar varias características de llanto.
Sobre el algoritmo los científicos señalan:
- Ayuda a los padres o cuidadores infantiles a evitar una mala interpretación de los llantos de sus bebés, reduciendo su propio estrés e incluso ayudando.
- Prevención del maltrato y la negligencia infantil.
- El análisis del llanto infantil proporciona un diagnóstico no invasivo de la condición del bebé; es decir, sin utilizar pruebas invasivas.
Con la posibilidad también de “abordar problemas médicos en los que actualmente no hay una herramienta de diagnóstico disponible (por ejemplo, síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS, siglas en inglés)”.
Cómo interpretar el llanto del bebé
Básicamente tres son las razones por las que el bebé llora: tiene necesidad de algo, siente molestias o necesita descargar tensiones.
A través del llanto el/la niño/a:
- Pide ayuda, ya sea por hambre, porque está mojado, incómodo o reclama compañía.
- Se queja: siente dolor, exceso de ruido o sobreexcitación.
- Se desahoga: necesita liberar las tensiones que ha ido acumulando.
Causas habituales del llanto del bebé
- Hambre: esto puede suceder aunque haya pasado un breve espacio de tiempo desde la toma anterior.
- Temperatura ambiente inadecuada. El bebé siente frío o calor. Sus mayores protestas vienen en este caso. Lo normal será tomarle la temperatura en la nuca y si se nota caliente, aligerarlo de ropa.
- Está incómodo: revisar que su posición sea correcta, que la ropa no le apriete o que no le roce un pliegue de la ropa de la cuna.
- Pañales mojados: suele ser una queja habitual sobre todo si presenta irritación de piel.
- Sueño: también es habitual el llanto en los momentos previos a quedarse dormido.
- Compañía: necesita sentir que la presencia de alguien.
- Se aburre: quiere que jueguen o se relacionen con él.
- Entorno extraño: visitas, bullicio poco habitual.
- Ruido: tanto procedente de la tareas doméstica como de la calle.
- Tensión nerviosa: tras la excitación por algo no habitual o por acumulación de las vivencias del día.
El bebé llora, ¡qué hago!
Por naturaleza el llanto del bebé provoca inquietud y angustia en los mayores. Viene a ser algo así como el recurso de subsistencia que el recién nacido tiene para asegurarse apoyos en esa etapa de su vida en la que es totalmente incapaz de valerse por sí mismo.
a) Atiéndelo pronto
Tratar de descubrir que es lo que tiene o necesita. Con el tiempo las madres/padres consiguen interpretar el tono de su llanto y saben evaluar cada situación, sobre todo en esos casos en los que el niño lloriquea y acaba quedándose dormido de nuevo por sí solo. Pero estaremos alerta.
b) Trata de descubrir sus necesidades en ese momento
- Hambre, frío, calor, unos pañales empapados, sucios, si quiere compañía, estado de tensión o nerviosismo.

c) ¿Lo tomo en brazos?
Es una opción. Como en todo, un término medio parece lo más adecuado en este caso. Ni tomar en brazos al bebé que llora debe ser una respuesta automática en cada situación de llanto, ni tampoco el miedo a acostumbrarlo mal debe suponer una resistencia para la madre o al padre a darle esa atención que el niño o la niña demanda.
d) Descartar dolor y enfermedad
En el caso de un llanto persistente, después de que se considere que el bebé tiene satisfechas todas sus necesidades elementales, es recomendable desnudarlo y hacerle una exploración para tratar de descubrir otras causas ocultas. Por lo general, la enfermedad suele manifestarse con otros síntomas, además del llanto. Y la atención médica, es una opción que siempre debe estar a mano, sobre todo en zonas en la que es real, porque en regiones en vías de desarrollo esa posibilidad no siempre está a mano.
e) Buscar el método tranquilizante adecuado a la situación
Desde una posición por nuestra parte de tranquilidad, hemos de intentar hacer que el bebé se sienta relajado y protegido. A partir de ahí, son técnicas habituales para calmarlos y suficientemente conocidas:
- Chupete: Los bebés sienten la necesidad de succionar, por lo que el chupete es un objeto que debe estar a su lado con naturalidad en la primera etapa de su vida.
- Movimiento: Acunar, mecer, pasear en el cochecito pueden ser recursos para calmar al bebé en un momento pero no para acabar durmiéndolos, porque si les puede generar un cierto hábito.
- Contacto: Un suave masaje con un aceite corporal siempre ejerce un efecto relajante en el bebé.
- Sonidos: Nanas, música suave, latidos del corazón u otros sonidos acompasados también suelen ejercer en el bebé efectos relajantes.
- Tiempo: Cuando el llanto es por tensión y el niño necesita descargar energía para relajarse y dormir, a veces lo único que se puede y debe hacer es dejarle llorar.

f) ¿Es normal que mi niño/niña llore tanto?
Investigaciones realizadas por psicólogos de la Universidad de Warwick, Reino Unido, establecen una media de horas de llanto por niño/a en sus primeros meses de vida, que se refleja en lo que han denominado la primera tabla universal para cantidades de llanto normales en un bebé.
Después de recoger todos los mencionados datos y analizarlos a fondo, esta investigación, publicada de manera reciente en la revista “Pediatrics”, ha llegado a esos resultados:
- Durante las dos primeras semanas de vida:
- unas dos horas al día.
- Entre las dos y las seis semanas:
- De dos horas y cuarto horas diarias.
- A partir de la semana doce de vida:
- entorno a una hora y diez minutos.
Son estimaciones medias, lo que significa que puede haber niños/as por encima o por debajo de esos límites. Los estudios incluso indican que las horas de llanto varían entre unos países y otros.