“Las banderas se pudren, pero nadie viene”

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Banderas blancas
Las banderas blancas son ya un símbolo de la pandemia

“Las banderas se pudren, pero nadie viene”, se lamenta Inés en la cuenta de Facebook de InfantiaN. Se refiere a las banderas blancas, que hoy en día son la manera más gráfica que han encontrado muchas familias de las capas sociales más débiles, en Guatemala, para visibilizar el hambre y la situación de necesidad en que se encuentran en plena pandemia del coronavirus o Covid-19.

Situación inédita

El mundo, en general, vive una situación inédita y llena de interrogantes. Para los países centroamericanos las principales preocupaciones de su población son la salud, el miedo al desabastecimiento de alimentos y la recesión económica por este orden, según una encuesta llevada a cabo por la consultoría Kantar, experta en el comportamiento del consumidor. Pero en las capas sociales con menos recursos el hambre está en primer lugar.

Llamada a gobernantes y a la solidaridad

Las banderas blancas son también una llamada de atención a los gobernantes, a los que en estos momentos la población les pide sensibilidad, cercanía y eficacia y equidad en la gestión de los recursos, siempre insuficientes. Y es también una llamada a la solidaridad, en general, porque la situación se agrava con la prolongación del estado de calamidad decretado para contener la expansión del Covid-19.

El hambre va más de prisa que las ayudas

La solidaridad seguirá siendo clave en estos momentos, porque las ayudas oficiales se discuten en los parlamentos y, por lo general, son para mañana, mientras que el hambre viene ya de ayer. 

La ayuda entre vecinos en este tipo de situación es muy importante; pero, como también dice Inés -vendedora informal en uno de tantos lugares del país-, voluntad de apoyo hay, pero “aquí todos los vecinos estamos igual (de necesitados)”.

Madres solteras, viudas…

“No se vende nada y sin ventas no hay ingreso”, sigue diciendo Inés, para añadir: “Qué barbaridad, banderas por todos los lados pidiendo apoyo y nadie llega. Hay muchas madres solteras, viudas… Hay de todo, viera… Las banderas se pudren, pero nadie viene. El coronavirus no nos va a matar, pero el hambre sí”.

Hemos tratado el tema de las banderas en otro artículo: Banderas blancas del hambre…  Una iniciativa que surgió de la desesperación de algunas familias carentes de alimentos. No sabemos en qué medida podrá estar llenando los estómagos, pero, al menos, está sirviendo para reactivar la solidaridad y generar una llamada de atención.

Hambre, virus mortal

Graciela, otra usuaria de Facebook, deja también su opinión: “Trabajo, comida, empatía, compasión y solidaridad. Todo esto, en su conjunto, combate el virus más mortal: ‘el hambre’; pero eso no lo tienen en mente los que nos gobiernan”, dice esta mujer de Cobán. Son testimonios del pueblo en un momento de dificultades e incertidumbre.

Solidaridad, medicina indispensable

La solidaridad, seguirá siendo una medicina indispensable, por eso nos alegramos de las muchas iniciativas que, más allá de los gobiernos, surgen entre la población.

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