“El que no trabaja bien no tiene derecho a comer”, este es un dicho muy usado por todo el pueblo.
Sabores, colores y olores se disfrutan en mi bello pueblo con los tradicionales platillos propios de San Agustín. La gastronomía en este rincón del país está muy reconocida y variada. Contamos con exquisitos platos tradicionales, como lo son los tayuyos torteados, tayuyos en hoja, el atol shuco, el pan de mujer o pan de San Agustín, chiles rellenos, shisha, ayote en dulce, moyetes, dulce de melchoca.
Mi abuela Juventina me da la receta de todos estos platos tan típicos de la cocina de mi pueblo.
Tayuyos torteados
Son elaborados de masa y frijol, se tortea la masa formando un tortilla; en medio, se coloca frijol licuado, sofrito con cebolla; luego se envuelve con la misma tortilla y se vuelve a tortear formando nuevamente una tortilla y se coloca a cocer en un comal elaborado de barro. Se acompaña con un chirmol picante.

Tayuyos en hoja
Su preparación lleva más tiempo y más pasos para elaborarlos que los torteados. En una hoja de sepa (hoja de banano) ya limpia y cocida en el rescoldo de las brasas, se mezcla la masa con pepita de ayote (o calabaza) en polvo disuelta en agua, se le añade frijol jurún (también conocido como frijol de montaña) crudo, un poquito de sal y consomé de pollo; se envuelve con la misma hoja formando una especie de almohada rectangular y se amarra con bejuco de cepas de banano; se coloca en una olla al fuego de leña y se tapa con nylon y una tapadera para poder conservarlos.
Atol Shuco o Atol Blanco
Considerado como el mejor atol salado, este es elaborado con días de anticipación: se coloca la masa en agua dos días antes de su preparación para que se chuquee; luego, al paso de los días, se pone a cocer en ollas de barro con sal hasta tomar el aspecto de atol espeso; al servirlo se le agrega jugo de limón, pepita en agua, chile y frijoles cocidos; se acostumbra a tomarlo acompañado de los tayuyos torteados.
Pan de Mujer o Pan de azúcar
Este pan es elaborado como cualquier pan tradicional, su sabor dulce al paladar, el cual se lo da el azúcar quemado que se le agrega por encima cuando está cociéndose y el azúcar fino y azúcar glas que se le añade recién sacado del horno. Estas combinaciones le proporcionan un sabor exquisito y original. Como antes indicaba, se prepara como cualquier otro pan, con la diferencia de los ingredientes adicionales, añadidos cada uno en su justo momento.
Chiles rellenos
Este tradicional platillo es más vendido en el mercado de Las champas siempre acá en San Agustín. Su procedencia viene de las ancianas que con papas, zanahorias, chile dulce, pollo y huevo hacían los envueltos para que sus maridos se los llevasen al trabajo como merienda o almuerzo.
Consiste en envolver en huevo pollo, chile, papa, zanahoria, ejote, tomillo y laurel, todo esto pre-cocido para luego -así rebozado de huevo-, sofreírlo. Se acompaña de salsa picante con arroz entero.
Shisha
Con los calores de mi pueblo es muy aconsejable tener siempre un refresco a mano, y nuestros ancestros, pensando en esto, elaboraron la shisa (tal vez, en otros lugares digan chica, pero, según nuestra pronunciación, es shisa).
Este fresco consiste en dejar en agua tamarindo durante quince días hasta que fermente. Se prepara luego con azúcar y es vendido en botellas de plástico o como cucos en bolsas. Su aspecto es como el del licor fermentado, cabe destacar que una botella entera de este producto puede ocasionarte mareos o sueño. Aquí dicen que por las proteínas, pero puede ser por las bajas concentraciones de alcohol de la fermentación.
Ayote en dulce
Como sabrás, la calabaza acá le llamamos ayote. Como curiosidad, indicar que también utilizamos esa palabra para referirnos a la cabeza cuando alguien se la golpea. La expresión es así: “Te golpeaste el ayote, vos”. Pero ahora hablamos del ayote desde el punto de vista culinario.
El ayote en dulce se prepara cociendo una calabaza en panela dulce, con especias de clavo y pimienta gorda. Se colocan todos los ingredientes en una olla de barro y se dejan cocer por varias horas a fuego lento (a ser posible de leña).
Moyetes
Envidiado y deseado, este platillo se ha convertido en el manjar de muchos en la época de fin de año. Es un exquisito pan envuelto en huevo y colocado en panela dulce, con canela, especias de clavo y pimienta gorda. Su preparación es similar al ayote en dulce.
Lo peculiar de este platillo es que solo se puede preparar con nuestro propio pan, el pan de mujer, envuelto en huevo y cocinado en aceite; luego, se pone a estilar el aceite que guarda el pan al cocinarse. Se coloca el pan rebozado en una olla en barro con todas las especias y se vierte panela dulce negra con agua y lo colocamos a cocinar a fuego lento.
Se puede acompañar con leche o servirlo tal y como sale de la olla ya cocido. Se recomienda dejarlo reposar unas dos horas después de retirarlo del fuego, antes de comerlo.