Los avances tecnológicos traen, por lo general, mejoras en las condiciones de vida de los pueblos y, en definitiva, de las personas. Podemos hablar de estilos de vida que imponen ritmos más altos y a los que se les pide, a cambio, mayor comodidad o confort. Los nuevos estilos, la vida moderna en el valle del Motagua también puede deparar riesgos para la salud de sus habitantes.
Sedentarismo y diabetes
Al contrario que la diabetes tipo 1, los médicos coinciden en señalar que la diabetes tipo 2 –la más frecuente de las dos- se puede prevenir, dado que su causa principal, indican, “está en la obesidad» o el sobrepeso. Los hábitos de vida tienen, por tanto, mucho que ver en la aparición y prevención de esta enfermedad.
Al mismo tiempo, hay informes que afirman que en algunas poblaciones del valle del Motagua el índice de diabetes en la población alcanza el 22%. Esta cifra de por sí, alarmantemente elevada, podría ir en aumento en los próximos años. Los nuevos hábitos de vida son propicios para que ello sea así.
La moto irrumpe en la ciudad
Cuando viajamos a un lugar de manera espaciada en el tiempo, lo abandonamos llevándonos una imagen determinada de él en la mente y regresamos al cabo de un tiempo con esa misma estampa en el recuerdo. Eso nos hace percibir, tal vez con más claridad que a la población local, los cambios, el choque entre la imagen que llevamos del viaje anterior y la nueva que nos encontramos.
Cambios que para los residentes se han ido generando en muchos casos gradualmente, mientras que al visitante se le presentan de golpe y le impactan más.
Me ha ocurrido en cada una de las dos ocasiones que he regresado a Guastatoya. La primera vez recuerdo que me llamó la atención, sobre todo, el orden que se había establecido en la ciudad en el espacio de dos años. Esta vez, las mejoras ostensibles a nivel urbanístico, en cuanto a acondicionamiento, tráfico y movilidad, y las motos, la gran cantidad de motos que había. Su irrupción en las calles de la ciudad me pareció espectacular.
Nivel de vida y ahorro en transporte
Esto tiene aspectos positivos. En primer lugar es un indicativo de que el nivel de vida de la población va aumentando, aunque sea poco a poco. También favorece la movilidad de las familias, porque es, esencialmente, un vehículo familiar que tranquilamente pude desplazar de una vez a 3, 4 y hasta 5 personas.
En general, ahorra tiempo y seguramente dinero a las familias en los desplazamientos. En una familia numerosa de cinco miembros -cifra, por otra parte, muy habitual-, desplazarse en tuctuc (o mototaxi) a Q 3.00 el viaje por persona, 2 viajes de ida y 2 de vuelta al día suponen Q 60.00; es decir, unos 7,5 €. Una renta diaria difícilmente asumible por la economía de muchas de estas familias.
Comodidad y rapidez
Para muchas personas la moto constituye su único medio de transporte para ir a trabajar desde las aldeas a la ciudad. Por otro lado, dadas las temperaturas habitualmente altas de la zona, el viaje en moto es un auténtico alivio.
Eso hace que este vehículo se utilice tanto para trayectos largos como cortos. La comodidad de ir en moto es tan evidente que resulta difícil resistirse a su uso continuado.
El gran peligro puede estar en que este mayor bienestar acabe pasando factura al cabo de unos años sus usuarios y, en especial, a los niños. Porque antes se consideraba que la diabetes tipo 2 aparecía a partir de los 40 años, pero lo cierto es que ya se ha detectado también en niños.
Los niños ya no caminan a la escuela
Hablábamos al principio del vínculo tan estrecho que se ha detectado entre obesidad o sobrepeso y diabetes y de índices de esta enfermedad en algunas poblaciones de hasta el 22%. El riesgo de que esta altísima cifra se incremente de aquí en adelante –en lugar de reducirse- es muy real con los nuevos hábitos de vida, donde el sedentarismo cobra gran relevancia.
Los niños de ahora van a la escuela en moto, a diferencia de sus padres y madres, que lo hacían andando. Y en general, toda la población camina menos de lo que lo hicieron las generaciones más adultas. Si no se toman medidas este problema de salud solo puede ir a más.
Dietas azucaradas, un veneno dulce
Aparte de caminar más, de fomentar el hábito al deporte, hay que poner el acento en otra cuestión, la dieta. Ya sabemos que en un porcentaje importante de familias la dieta no se puede elegir, se come lo que hay; ya sabemos que un litro de agua bien azucarada sacia más que un litro de agua pura; pero hay que tomarse en serio eso de retirar de la dieta diaria esas bebidas azucaradas con las que se acompañan las comidas.
Cuando en los restaurantes veía como bebida recurrente mañana, mediodía y tarde esas copas gigantes de granizadas y zumos, mi mente la asociaba con un veneno dulce. Cierto que están ricas al paladar, pero son una fuente de complicaciones futuras para la salud.
Las sociedades avanzan, por lo general, en es sentido de facilitar el día a día de las personas. Y a lo que se aspira es a una la vida moderna en el valle del Motagua y sin riesgos para la salud.
Medidas para combatir la diabetes
- Ciudades cada vez más habitables; dicho de otra manera, más «caminables», más «paseables».
- Hay que seguir ensanchando aceras, como se está haciendo en Guastatoya.
- Generar sombras en las zonas cálidas facilitar el desplazamiento a pie.
- Seguir construyendo parques “biosaludables”, que también se está haciendo, y doy fe del gran uso que se le da al que se encuentra situado en el barrio del Golfo, al lado del pabellón de baloncesto. Además tiene un aspecto muy atractivo.
- Promocionar el deporte.
- Realizar actividades de deporte para todos como las que propugna Social Ciclismo Fan Manager con los eventos Guastatoya 10K, Guastatoya en Bici o Magdalena Atlética.
- Reducir la ingesta de azúcar.
La diabetes tipo 2 es más que un amenaza, es una realidad muy seria y no se puede perder más tiempo para empezar a combatirla con eficacia. Una receta inmediata: más ejercicio y una dieta menos abundante en azúcar.
Bicicleta eléctrica
No ofrece las prestaciones de una moto, de poder cargar a 3 o 4 personas a la vez, ni tampoco realizar con gran rapidez desplazamientos largos, pero la bicicleta eléctrica es un vehículo fantástico, un gran invento.
Nos permite desplazarnos con un reducido gasto de energía, sin contaminar, sin hacer ruido, con ahorro de carburante y siempre haciendo ejercicio, ganando salud.
Aquellas familias con un nivel adquisitivo un poco mayor, cuya economía les permita disponer de una bicicleta eléctrica, además de una moto o un carro, deberían invertir en ella para los desplazamientos en ciudad, porque estarán invirtiendo en salud.
La salud, la mayor riqueza
Cuando estamos sanos de cuerpo y mente, sentimos que todo puede ser posible, que los obstáculos del día a día se pueden mover y que la situación la podemos mejorar. Cuando estamos enfermos, por ricos que seamos, todo es secundario, la prioridad es recobrar la salud.